En la pared abdominal de región púbica alta existe una zona de gran debilidad, el denominado triángulo de Hesselbach. Está delimitado por el ligamento inguinal en su base, el borde medial corresponde al músculo recto anterior y el límite externo los vasos epigástricos.
Está constituido por una pared delgada, desprotegida, compuesta por la aponeurosis de los músculos oblicuo mayor y transverso del abdomen. Lo atraviesa el conducto inguinal que es realmente un repliegue de la pared que contiene el cordón espermático en los hombres y el ligamento redondo en las mujeres.
En esta zona es donde se producen las denominadas hernias inguinales directas: un asa de intestino delgado protruye, llegando a atravesar esta pared, herniándose.En el caso del deportista, normalmente no ocurre una verdadera hernia, no hay una verdadera protusión intestinal. Lo que ocurre es un debilitamiento de la pared como consecuencia de los movimientos bruscos en giro, el golpeo del balón o las contracciones intensas de la musculatura abdominal. Como consecuencia la pared de esta zona pierde su tensión, se afloja, originando dolor.
Al ser lesiones por sobrecarga, con frecuencia se asocia a las dos entidades anteriores, la lesión del complejo aponeurótico con daño en el recto anterior, e incluso osteítis púbica.
El diagnóstico es sobre todo clínico, por dolor a la palpación en el triángulo de Hasselbach, o con la contracción abdominal. Característicamente el dolor desaparece por completo al infiltrar anestésicos locales en la zona, confirmando el diagnóstico. La ecografía e incluso la resonancia magnética serían negativas, salvo en los casos de existir una verdadera hernia inguinal, en la que se observaría la protusión intestinal a aumentar la presión intrabdominal (maniobra de Vasalva).
El tratamiento es siempre quirúrgico y será realizado por el doctor Vicente de la Varga, traumatólogo especialista en pubalgia en Málaga. En concreto la operación consiste en reforzar la pared abdominal de la zona mediante una plicatura de la aponeurosis reforzándola con el borde externo del músculo recto anterior. Los resultados suelen ser espectaculares consiguiéndose la vuelta al deporte en muy pocas semanas. En los casos en los que no es posible la cirugía hemos conseguido buenos resultados mediante infiltraciones ecoguiadas de plasma rico en plaquetas en la pared abdominal, reforzándola y consiguiendo la desaparición del dolor.
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